Debería estar nominada porque mi historia representa fortaleza y superación. A los 30 años retomé mi sueño de ser psicóloga, y justo al iniciar mis estudios en UTEL enfrenté una separación matrimonial que cambió mi vida. Decidí transformar el dolor en impulso y mi carrera se convirtió en mi refugio y motivo para seguir adelante. Hoy estudio con pasión, demostrando que nunca es tarde para empezar de nuevo y que los sueños pueden ser el motor para renacer.
¿Cuáles han sido tus logros destacados y que aprendizaje compartirías de estos?Mi mayor logro ha sido mantenerme firme en mi propósito y convertir mi historia en inspiración para otras personas. Con ese impulso, creé el programa Club Alma Mariposa, un espacio que busca brindar orientación y desarrollo a mujeres y jóvenes, ayudándoles a crear nuevos hábitos, fortalecer su autoestima y conectar con su mejor versión. Aprendí que nunca es tarde para estudiar ni para luchar por los sueños, y que con fe, disciplina y amor propio es posible transformar vidas.